Statement

Tomás Rodero. Tomás. El nombre que me pusieron mis padres al nacer y con el que la gente se dirige a mí lo poco que llevo de vida. Iré al grano.

Me encuentro escuchando la banda sonora de Oldboy, que tal y como en Get Carter, Pulp Fiction y tantas otras consigue establecer unidad entre música y diálogo. Música y palabras. Al igual que con la música, he disfrutado todo tipo de arte desde el momento en el que mis ojos se cegaron por la luz. Respecto al interés por crear historias, es prácticamente imposible saber el momento en que despertó en mí. De lo que estoy seguro es de que era inevitable. También sé que lo hago de manera constante e inconsciente. Quizás se debe a que he crecido rodeado de artistas, de lo cual me siento muy afortunado, y sobre todo, agradecido. Por eso, abrazo al cine y no lo pienso soltar hasta el día que mi cuerpo caduque.

El cine me mantiene vivo. Es mi lugar seguro. Es donde la imaginación no tiene límite y puedo sentir de verdad. No soy capaz de mostrar inclinación en cuanto al tipo de películas que me gustan. Todas han sido elaboradas de manera cuidadosa con el fin de transmitir una historia que podamos atesorar en nuestros pensamientos.

Hace años despertó en mí un fuerte interés por actuar. No es que haya abandonado ese sueño, sin embargo, he descubierto la magia de los ilusionista detrás de la cámara. Al haber visto muchas películas en los últimos años, empiezo a entender y valorar todo el trabajo, esfuerzo, planificación, coordinación y empeño que hay detrás de cada frame. Por esa razón yo también quiero crear y explicar historias que atraviesen la pantalla.

Quiero hacer sentir a las personas. Despertar la chispa que el cine despertó en mí. Tengo la necesidad de manifestar el universo de infinitas posibilidades que hasta ahora solo están en mi cabeza.

Hace poco leí La llamada de Cthulu, de H.P. Lovecraft y Memorias de Marco Aurelio. El primero me invitó a adentrarme en un género sorprendente, terrorífico e indescriptible; el Terror Lovecraftiano. Mientras que el segundo me nutrió de una corriente filosófica, el Estoicismo, una puerta a seguir indagando en la historia del pensamiento y a estructurar mi camino. A pesar de sus diferencias, ambos me han apasionado, me motivan a perseguir mis sueños, además de recuperar cierta pulsión hacia la escritura.

Llegamos al desenlace de esta breve historia. Tengo especial interés en áreas como la dirección, la escritura de guion, la composición de bandas sonoras y la actuación. No hay manera de clasificarlas en un podio. Siento atracción hacia todas y cada una de ellas. Lo que me resulta más estimulante de ESCAC es que me permitirá explorarlas todas. Vengo a experimentar y a aprender todo lo posible. Nadie nace sabiendo.

No vengo a venderos mi historia.

Vengo a crearla.

Gracias,

Tomás.

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